Los orígenes de las ataduras

· Toda atadura maligna tiene su origen en el pecado.

· Éste se practica en ignorancia o desobediencia con respecto a la verdad de Dios.

· Cuando una persona practica el pecado, espíritus malignos controlan su conducta humana y buscan destruirle.

Cuando usted desconoce la Palabra de Dios, termina haciendo cosas que nunca quiso hacer, y siempre el resultado es tristeza y dolor.

· Por ejemplo, una persona que nace en un ambiente de pleitos, terminará siendo conflictiva.

· Una persona rodeada en un ambiente de drogas y alcohol, será viciosa.

· Una persona que viva en medio de desórdenes sexuales, será depravada o enferma sexual.

· Así sucesivamente, como con el robo del dinero, entre otros.

· Ocurre lo mismo cuando por desconocimiento se entregan hijos a los ídolos, la magia o a cualquier mundo de adoración y de sacrificios incorrectos. Esto trae grandes ataduras.

Pero cuando usted es iluminado con la Palabra de Dios, empieza a ver lo malo y renuncia, por la sangre de Cristo y la Palabra, a todo tipo de conexión maligna.

· De esta manera, a través de la fe y la santidad queda libre para siempre de esa opresión.

· Cuando usted observe a alguien que quiere cambiar y no puede, es porque su vida negativa, está protegida por esos espíritus malignos, que le impiden cambiar

· Aunque la persona quisiera humanamente cambiar y haga promesas, nunca podrá lograrlo.

Es por eso que no se puede jugar con el pecado y con las ataduras. Jesucristo dijo: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres."

· La luz de la Palabra le da fuerza, poder y autoridad, en el nombre de Jesucristo, para ser libre de toda opresión.

· Así su vida es transformada para siempre por la verdad de Cristo. Amén.

No hay fuerza humana que nos pueda dar libertad, por lo general, el ser humano trata de esconder su verdadera identidad, e inclusive muchos no saben ni quiénes son. Otros tratan de hacer mucho esfuerzo humano, y hasta religioso para cambiar; pero no pueden, porque las ataduras espirituales no las quitan la religión ni el sentimentalismo.

Juan 8:31-32 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

· Estas palabras, Jesús se las dijo a judíos religiosos que habían creído en Él, dándole a entender claramente que la religión no guía al ser humano a la verdad, sino que le puede tener cautivo en un mundo de engaño.

· Jesús no enseñó religión, sino la verdad del amor de Dios; es decir, que usted podrá salir del pecado y de las ataduras malignas, para que de esa forma pueda adorarle a Él en Espíritu y en verdad.

Ningún esfuerzo humano, sea filosófico o religioso, cambia en realidad.

· Está comprobado que, el verdadero cambio ocurre cuando tenemos liberación total de ataduras malignas, que controlan la conducta humana; esto sólo se logra conociendo la verdad de Dios en Cristo.

El conocimiento de la palabra de Dios nos libera

En las Sagradas Escrituras el profeta Oseas 4:6, nos dice: "Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento." Jesucristo dijo que era necesario conocer la verdad para ser verdaderamente libres y la Palabra de Dios es la verdad.

En la medida que su mente sea iluminada, a través de las Sagradas Escrituras, la Palabra le va a mostrar, las áreas de su vida que no debe aceptar como normales, y a las que tiene que renunciar.

La Palabra de Dios es el libro sanador más poderoso del universo. A medida que llena su corazón, su mente, su alma y su boca de la Palabra de Dios, comenzará a disfrutar de un mundo de luz, esperanza y transformación increíbles.

Cada porción y frase de la Palabra de Dios es más poderosa que todas las fuerzas que lo puedan atacar.

· Usted tiene en cada texto de las Sagradas Escrituras, una fuerza omnipotente contra toda potestad maligna.

· Por eso nuestro Señor Jesucristo dijo: " si conoces la verdad, la verdad te hará libre."

· Es decir, la verdad de su Palabra es el único remedio que trae liberación total.